Una impaciente espera.
Un mes de espera impaciente para participar en el taller del afamado fotógrafo Ricky Dávila con el título: “Fotografía como visión personal”.
Para la participación en el taller era preceptivo llevar en papel fotográfico algún tipo de trabajo personal en el que cada cual estuviera inmerso. La idea era que Dávila en base a los trabajos presentados fuera desgranando con su análisis y posterior crítica el corpus del objetivo del taller.
Mi aportación al taller ha sido ocho fotografías con el título “1972”.
Ese año me embarqué como marinero de cubierta en un buque mercante que partiendo de Barcelona recorrería unos cuantos puertos de Brasil, Montevideo y Buenos Aires.
La mayoría de esas fotos recreadas hacen referencia a algunos de los aspectos que más me impactaron durante el recorrido americano:
– La inmensidad del mar.
– La exuberante naturaleza de los países recorridos.
– La pobreza materializada en los niños de la calle.
– La prostitución en las zonas portuarias y principalmente la infantil de niños y niñas pre púberes.
– Los cuerpos de niños muertos en las aceras de Rio de Janeiro sin que nadie les prestara la más mínima atención.
– Las crueles dictaduras que asolaban en ese momento los países recorridos.
“Fotografía como visión personal”
En cuanto al propio taller, Dávila nos ha hecho partícipes de sus trabajos más emblemáticos y cómo partiendo de sus primeros años de fotoperiodista ha ido evolucionando a otros escenarios de expresión en los que hoy se encuentra con planteamientos más personalistas.
En la narrativa de sus recientes ensayos fotográficos no pierde el foco en el aspecto autorreferencial.
Nos ha invitado a cambiar la perspectiva de fotografiar a los otros, en tercera persona a dirigir el timón hacia un mundo más introspectivo en pro de la construcción de una visión más intimista y subjetiva.
Y no sólo eso. Cada participante ha ido presentando sus trabajos recibiendo la opinión de Dávila que le ha servido a cada uno para hacer su propia crítica introspectiva de su actitud ante la creación fotografía.
Ricky Dávila es un maestro. Conocedor a fondo de la fotografía como expresión artística. Honesto e implacable en su crítica a nuestros trabajos despejando incógnitas que distorsionan el equilibrio de un buen ensayo fotográfico a la vez que hacía hincapié en las virtudes y características singulares de cada uno de los participantes en el taller.
Un taller que sin duda nos ha hecho crecer.