Carnaval de Lantz, Navarra

Microhistorias imperfectas [36]. Parte I-Carnaval de Lantz. 

Entendiendo el Carnaval de Lantz

Sinopsis del Carnaval
La población de Lantz harta de los desmanes, abusos y robos del cabecilla de bandoleros Miel Otxin (dicen que robó mil «otxines» antigua moneda navarra) se unieron para dar captura al malvado.
Zaldiko, mitad hombre mitad caballo es el objetivo de los «Arotzak» al que tratan de herrarlo. Una vez apresado Miel Otxin por los «Txatxus» (los vecinos),  se le encomienda  a Ziripot, el vecino más fuerte su custodia. 
En la tarde noche del martes de carnaval se somete a Miel Otxin a juicio, es condenado, ajusticiado y quemado en la hoguera alrededor de la cual los «txatxus» bailan el famoso zortziko de Lanz ante el alborozo y aplausos de los visitantes que se congregan en el frontón al aire libre.

Miel-Otxin bandido

Miel Otxin, el bandido a capturar.

 

Zaldiko, caballo/hombre de Miel Otxin.

 

Arotzak, los herreros encargados de herrar a Zaldiko.

 

Ziripot, el vecino más fuerte que se encargará de sujetar a Miel Otxin.

Txatxus, los vecinos disfrazados para capturar a Miel-Otxin



Txatxus, los vecinos de cualquier edad que tratarán de dar caza a Miel Otxin.

Un carnaval enraizado en el acervo popular

Lantz, pura naturaleza. 
Imagínate un lugar de lugares semejantes muy cerca de la muga* con Francia. Angostos valles pirenaicos labrados por ríos de alta montaña, bravos en el deshielo y guardianes de los fértiles pastos. Pequeños asentamientos humanos desde antaño dedicados al pastoreo, ganadería y la producción de productos lácteos. Lugares donde el esfuerzo y la lucha diaria para proveerse del sustento dejaban muy poco espacio para el disfrute y entretenimiento como hoy lo conocemos.

El Carnaval, válvula de escape.
Dicen los etnólogos y antropólogos que los carnavales funcionaban a manera de válvula de escape de toda la tensión acumulada durante el diario batallar. El disfraz, la cara tapada favorecían la desinhibición bajo la apariencia de anonimato.
En estos valles pirenaicos de la Navarra húmeda y vascoparlante los núcleos de población se conformaban en pequeñas villas y distantes caseríos, algunos con verdaderas dificultades de acceso por lo intrincado y empinado del terreno.

Pocos pero muy jóvenes.
Lantz, hoy con unos 150 vecinos censados responde a la tipología de villa/calle en sus inicios. Una calle principal que la atraviesa con casas a derecha e izquierda, muchas de ellas blasonadas en la ruta a la muga con Francia, distante unos 50 km. A fecha de hoy goza de una estupenda economía gracias a que la población joven ha decidido quedarse en la villa por la proximidad de Pamplona, 25 km.

La villa con el mayor índice de natalidad de toda España.
Lantz ostenta unos de los mayores índices de natalidad de Navarra. Prueba de ello es el Carnaval Txiki (lunes de carnaval) que está poblado de un buen número de niños y niñas. 

Lantz (Navarra), responde el INE: 151 vecinos y 20 niños de entre 0 y 4 años, el 13,2% de sus habitantes. El porcentaje a nivel nacional: 2.174.491 niños menores de cinco años, el 4,7% de la población española es 2,7 veces menor.

Recuperación del Carnaval
Es en este entorno donde se va fraguando la leyenda popular sobre bandidos que asolaban la villa con robos permanentes y hasta muertes de vecinos. El lugar era idóneo para sus fechorías por ser paso obligado entre Navarra y el país vecino.

Dado que con el levantamiento militar del 36 la dictadura consiguiente prohibió estas manifestaciones populares causando su caída en el olvido. No obstante intelectuales como Iribarren ya en 1944 hace referencias al olvidado carnaval. Más tarde los hermanos Julio Caro y Pío Baroja en 1965 obtienen un permiso para versionar el carnaval.  


Martes de carnaval. El día grande.

Los herreros los primeros en salir.

Recreación, cristalera en la Posada de Lantz.
Recreación, cristalera en la Posada de Lantz.

EXIF: 
-Canon EOS R6 Mark II. Objetivo: Canon EF 24-105 mm 1:4 L USM

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