No soy muy dado a las frivolidades aunque a veces te encuentres en situaciones en las que uno se ve obligado a dudar de su propia imagen.
Y me ha ocurrido a la vuelta de mi participación en la convocatoria de Unidos Podemos este pasado 20 de mayo en la Puerta del Sol Madrileña en apoyo a la moción de censura contra M. Rajoy cuando he repasado las fotos tomadas durante ese evento.
Suelo llevar un par de cámaras con dos o tres objetivos de diferentes focales cuando participo en este tipo de actividades. Me interesa el reportaje fotográfico y en reuniones en las que se congregan multitud de asistentes uno tiene la posibilidad de poner en práctica las más o menos habilidades como fotógrafo aficionado que soy.
No voy a negar que hasta los actores de primera línea de la acción política atraen al más normal de los mortales.
Saliendo de la boca del metro ya en la calle de Alcalá parapetados por un banco, una farola y un quiosco aparecen esos personajes que han removido y lo siguen haciendo los cimientos de nuestro panorama político. Y como si una simple reunión de amiguetes, por qué no podría ser así, se tratara estaban allí los Errejón, las Rita Maestre, los Bustinduy y claro no iba a dejar pasar la oportunidad de traérmelos bien digitalizados en el sensor de mis cámaras.
¡Vanidad de vanidades!
Ahí comenzó mi asedio, merodeando alrededor del rico pastel, buscando ángulos, cuñas de penetración, harto difícil pues hacían piña en círculo con la intención, seguro de pasar desapercibidos.
Mi acecho deviene en diálogo a hurtadillas. Íñigo observa que hay una avispa cojonera cámara en mano revoloteando con intención de meter el aguijón y le comenta a Rita que se cuide del picotazo. Íñigo se esconde tras de Rita para no ser “picoteado” y ella mira hacia donde yo estoy interesada y divertida por el comentario de alerta de su compañero de fatigas.