Café y croissants.
Hace unos días atrás en esa hora temprana del café y croissants andaba charlando con mi prima Natalia, muy aficionada a la fotografía y que me puso sobre la pista de la exposición de un fotógrafo con una propuesta muy solvente, Carlos Cánovas en el Museo Universidad de Navarra en Pamplona.
Al día siguiente y acompañado por mi hermana Amparitxu, contagiada también por el virus de la fotografía nos pusimos rumbo a Pamplona con la intención de sentir nuevos aires y desintoxicarnos de tantos días de fiesta y vacaciones improductivas transcurridos a la orilla de la Ciudad del Ega.
Museo Universidad de Navarra
Allí en zona preferente de la magnífica obra diseñada por el arquitecto Moneo nos encontramos, ignorantes de ello con un espacio reservado a la exposición permanente de José Ortiz Echagüe quien legó a dicho museo más de 25.000 negativos y 1000 originales de su obra. De todo ello pudimos disfrutar con las 24 obras originales tan impactantes que en un súbito momento creí estar viendo al mismísimo Goya.
El autor
Considerado como uno de los más sobresalientes fotógrafos del panorama español, llegó a ser reconocido como el tercer mejor fotógrafo mundial de la época.
Llama la atención el alto nivel de su producción tanto en la elección de los temas como por la técnica empleada en la elaboración del positivado de su obra.
Positivado al «papel Fresson en carbón directo».
Dominaba con gran maestría el positivado en papel Fresson al carbón directo, complejo procesado que voy a describir simplificándolo. El papel Fresson soportaba varias capas de gelatina tratado con dicromato potásico y pigmentos de carbón que una vez expuestos a la luz se lavaría con agua y serrín dejando al descubierto los diferentes tonos de grises, negros y blancos. Antes de que el positivo se secara el fotógrafo tenía la posibilidad de retocar la obra rascando para eliminar las partículas de carbón hasta dejar la obra a gusto del artista.
Militar, ingeniero, piloto y empresario.
La fotografía era su pasión fuera de sus obligaciones profesionales.
Algunos lo sitúan dentro de la corriente del pictorialismo que él nunca se sintió perteneciente a ella.
Su obra la podemos enmarcar dentro de una temática costumbrista, antropológica, de documentación, de reportaje, de paisaje y social.
Su obra en el Metropolitan Museum de NY y el MOMA.
Mucho dice de su proyección internacional cuando comprobamos que su primer libro fue editado en Alemania «Spanische Köpfe» (1929) antes que en España (Tipos y trajes de España). Le siguieron libros como España mística (1943), España castillos y alcáceres (1956) y otra titulada África de su época como militar en el Rif.
En 1960 el Metropolitan Museum de NY organizó una exposición titulada «Spectacular Spain», la mayor parte de las obras expuestas pertenecían a Ortiz Echagüe. En 1964 participó en otra exposición en el MOMA, «Architecture without Architects».
Ah!, se me quedó arrinconado el fotógrafo Carlos Cánovas al que dedicaré otra reflexión en una próxima entrada.
P.S. Las fotografías son mis propias tomas del libro «Ortiz Echagüe. Fotografías 1903 – 1964. Editorial Tf. Editores – La Fábrica. Madrid
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EXIF: CanonEOS 5DsR. EF50mm f/1.8 II