Sobresale y llama la atención. Microhistorias imperfectas [12]

Tuve que tomar el ferry para atravesar el estuario de Gotemburgo obligado por la necesidad de ir con mi cámara Hasselblad a lo que yo llamo “la catedral de la fotografía” por ser el mismísimo centro de investigación, desarrollo y montaje de las prestigiosas cámaras fotográficas.

Se me presentó un problema técnico justamente cuando pasaba unos días en la nórdica ciudad. Les llamé y me atendieron muy amablemente y lo mejor fue que en dos días tenía la cámara conmigo y el problema resuelto.

En el corto trayecto marino observé con cierta sorpresa la construcción de un rascacielos, hecho un tanto inusual en las ciudades nórdicas dado que la tradición arquitectónica siempre a tendido a no construir edificios de gran altura y en las que predominan chalets, villas y casas de vecinos de reducido número de alturas.

Después de dejar mi cámara en manos de los técnicos de Hasselblad me acerqué a la magnífica construcción que distaba unos 300 m pues había despertado en mí una curiosidad fotográfica. Tuve que echar mano de mi móvil en ausencia de mi cámara y busqué los ángulos que más me sugirió la atractiva construcción.