Microhistorias imperfectas [3]. Un arte criollo en tierras andaluzas.

El churrasco de vacuno en pleno asado.
Preparando el costillar vacuno a la cruz.

La ocasión la pintan calva.

Llega el momento de organizar y celebrar el cumpleaños del chiquilín de la familia. Si eres argentino no hay que romperse la cabeza. La solución, un buen churrasco siguiendo la tradición

Thiago (nombre figurado) argentino había llegado a primera hora de la mañana al paraje de Las Mayoralas porque sabía que para elegir un buen lugar entre las varias decenas de barbacoas de obra que el ayuntamiento de Periana había instalado exigía un buen madrugón. Además esta vez eran varias familias las que se reunían para la celebrar el cumpleaños en el que no podían faltar un buen asado, los correspondientes choclos a la brasa, chorizos, salchichas etc.

Yo había pasado la noche en la furgo y al despetar vi como Thiago andaba sacando la cacharrería de su vehículo y no pasó mucho tiempo cuando sentí el olor característico a leña quemada. Me sorprendió ver desde mi posición como se volteaba una especie de manto cárnico encima de la mesa provisoria que hizo atraer mi atención. Y pensé: –Aquí se está cociendo algo. 

Tomé la cámara y me acerqué atraido por tan singular trajín. Thiago estaba preparando un buen costillar de vaca amarrándolo con alambre a lo que él me explicó se le llama la cruz del asado.

Me explicó que el secreto de un buen asado está en tener abundante fuego, colocar la cruz con el asado a unos 50 cm con una cierta inclinación hacia la llama y siempre la parte más voluminosa del costillar hacia arriba. Importante es ir aplicando de vez en cuando una salmuera aromatizada preparada por él mismo para darle a la carne un exquisito sabor. En tres horas más o menos estaría el churrasco listo para comer.

Al poco tiempo, cuando todo el proceso ya estaba en marcha, comenzaron a aparecer las tres o cuatro familias que con el alegre griterio de los niños fueron ocupando las mesas de piedra y allí fueron tomando lugar los refrescos, las cervezas, las barras de pan, las bolsas de chuches, platos, vasos, cubiertos y un largo etcétera.
La espera no se debió hacer muy larga porque los padres andaban con sus cervezas, las madres en franca conversación, los niños y niñas jugando todo lo que da de sí su joven vitalidad.

El churrasco a punto.

Thiago andaba, naturalmente, al acecho y muy pendiente de su obra de arte.
La ocasión del cumple años la pintaba calva para verse, juntarse y disfrutar de un día  

que muy bien podría haber tenido lugar a 10.000 km de distancia en la Pampa argentina. 

EXIF: Hasselblad X1D II 50C. Objetivo XCD 3,5/45.