Entre estas dos localidades de la Axarquía (Del Árb.: Šarqíyya) discurre una mínima parte de la Gran Senda de Málaga, y yo no lo sabía.
Había salido de Málaga en la furgo para probar el recién instalado panel solar. Momentos antes había escudriñado un viejo mapa Michelín de carreteras del 2001 decantándome por el parque natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. Busqué el punto más alto. Destino: Canillas de Albaida.
No me gusta planificar los viajes por muy cortos que sean. Me va más la incertidumbre de lo que pueda descubrir en las cosas y en los sitios.
Estas salidas, las que me llevan días o las que son más cortitas son de absoluta necesidad: romper la rutina. La fotografía es también protagonista.
Me encanta recorrer a pie los lugares tanto sean grandes urbes o pequeños enclaves rurales. No tengo por costumbre acercarme a la Oficina de Turismo ni planificar los recorridos. Voy a mi aire, me importa bastante poco “no descubrir” los referentes turísticos del lugar. Veo, observo, aprecio, me maravillo y aún siendo algo simple e irrelevante lo fotografío. Me encanta esa sensación de libertad absoluta. Lo hago solo o acompañado.
Llegué a Canillas y al no encontrar un lugar aparente para aparcar y hacer la pernocta, volví sobre mi camino y encontré una planicie a la entrada oeste de Cómpeta. Un magnífico balcón para disfrutar de la puesta de sol que más tarde bañaría con sus cálidos rayos las rampantes viñas con sus cepas de Moscatel de Alejandría.
Y a escasos metros del plácido aparcamiento di, por un casual con la ermita de San Antón Abad, patrono de los animales.
Y mira por donde, este era el lugar del comienzo de la mini etapa de Cómpeta a Canillas de Albaida. Un camino arenoso de apenas 3 km en llano entre bancales, explotaciones de aguacates, olivares, pitas y algún que otro granado con sus maduras frutas a modo de farolillos reverberando los rayos de sol.
El recorrido a Canillas es placentero siempre teniendo como referente las ermita de Santa Ana, punto más alto del pueblo y construida sobre una antigua fortificación árabe. Pero las cuestas empinadísimas del pueblo no son tan placenteras. Como todos estos pueblos de la Axarquía presentan un conglomerado de calles estrechas, intrincadas y que a menudo a cada vuelta de esquina te encuentras con sorprendentes perspectivas, planos inclinados, muros blancos adornados por macetas con coloridas flores.
Así, en una de esas vueltas de esquina di con la sorprendente, por su plano abierto entre tanta estrechez con la Plaza de la Virgen del Rosario enclave de la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de la Expectación, antigua mezquita. (Qué cosa más rara, ¿no?. La plaza y la iglesia dedicadas a dos vírgenes diferentes). Un café calentito me supo a gloria después de las maltratadas piernas frenando con cada músculo la bajada por las infernales cuestas. (Luego había que subirlas).
Tuve que preguntar a un lugareño sobre cómo volver sobre mis pasos y enfilar la vuelta a mi balconcito.
-¿Ves aquel poste de alta tensión en lo más alto del pueblo? Tenla como referente.
–Gracias.
Y así con gran esfuerzo llegué al final/comienzo de la mini senda que me llevaría de vuelta a Cómpeta, no sin antes descubrir allí mismo un recientemente inaugurado monumento a un lugareño de nombre Celedonio Gallardo Pérez que a sus 31 años fue asesinado por los nazis en un campo de exterminio adscrito al de Mauthausen.
Aproveché la vuelta a casa justo en la hora en la que se jugaba el clásico entre el Madrid y el Barcelona. Me molesta en carreteras de montaña con tanta pendiente y curvas extremas el tener otros vehículos tras de mí azuzando. La carretera estaba desierta.
EXIF: Canon EOS 5D Mark III. EF 24-105 mm 1:4 L IS USM